Hace muchos años la casa de un pastor se estaba inundando, las agua entraban por su puerta, el
pastor y toda su familia hacían lo posible para que las agua no entraran en su
casa, pero no pudieron hacer nada, las agua llegaban hasta sus rodillas, luego
ellos se subieron a sus muebles y las aguas seguían subiendo, el pastor y su
familia trataban de ponerse a salvo, pero las agua seguían subiendo hasta
llegar a su cuello, en ese momento el pastor entre lágrimas le dijo a Dios:
-
“Señor ¿hasta dónde llegaran las aguas?”
-
Dios le respondió
y le dijo:
-
“Las agua llegaran hasta donde yo lo permita”.
En ese
momento el pastor vio que había una ventana al cual años atrás no le había
puesto seguro y corrió hasta esa ventana para abrirla y salieron por ahí. Luego
vinieron los rescatistas y le ayudaron.
El pastor
estaba triste porque había perdido todas sus cosas, y Dios le dijo:
-
“¿Por qué te preocupas por tus cosas? Yo te puedo dar todo nuevo, mi compromiso no
fue cuidar tus cosas, sino cuidar de ti y de tu familia”
¡Dios es fiel!
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